jueves, 21 de julio de 2016

¿Qué consecuencias puede tener chuparse el dedo?

En los niños que utilizan chupón es más fácil vencer esa costumbre, ya que basta con retirar progresivamente el objeto en sí, cosa que no puede hacerse con los dedos. Además, la consistencia dura del dedo, frente a la más flexible del chupón, hace que chuparse el dedo tenga peores consecuencias para los más pequeños que el uso del chupete.
Durante el primer año de vida, chuparse el dedo es algo común en los recién nacidos. Pero, después es necesario que los padres le enseñen al bebé a terminar con esta práctica, pues puede traerle a futuro problemas de salud.

Un bebé puede empezar a chuparse el dedo incluso desde antes de nacer: este es un reflejo normal que incluso prevalece en los primeros  meses de vida con un significado muy especial. Y es que para muchos, chuparse el dedo puede ser sinónimo de ansiedad, de tener hambre, de estar aburridos, de tener sueño, de estar enojados  y otras muchas emociones.



La aparición de problemas maxilofaciales, dentales y del lenguaje está en relación con la frecuencia, intensidad y tiempo de duración de este hábito, especialmente si se mantiene más allá de los 4 años de edad. Los principales trastornos que puede ocasionarle a tu hijo son:

  1. Cambio de orientación de las arcadas dentarias: desplazándose hacia delante la superior y hacia detrás la inferior.
  2. Maloclusión dental: mordida abierta (o anterior) debido a la falta de contacto entre los incisivos superiores e inferiores al morder.
  3. Deformación del paladar: debido al empuje en dirección ascendente que produce la succión del dedo, el paladar modifica su forma haciéndose cada vez más convexo (paladar ojival).
  4. Insuficiente desarrollo (hipoplasia) del maxilar superior: la posición anómala de la lengua en relación al maxilar por la interposición del dedo hace que este no se desarrolle al mismo ritmo que el resto de macizo facial.
  5. Alteraciones del lenguaje: debido a la modificación de la situación normal de dientes, lengua y paladar, que son los elementos que intervienen en la fonación, la pronunciación de determinados fonemas puede verse afectada (/t/, /d/ y /l/) dando lugar a dislalias. También puede ser posible el ceceo y el seseo.


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